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Construir la industria del café en Ruanda (1ª parte)

21 noviembre 2024

La carrera de Lindsey Bolger en la industria del café se ha extendido durante más de tres décadas y ha tocado casi todos los aspectos de la cadena de valor. Crédito: Lindsey Bolger

El café forma parte del paisaje ruandés desde principios del siglo XX. En el país de las mil colinas, la tierra fértil se extiende por seis regiones de cultivo, cada una de las cuales produce un café con sabores y gustos únicos.

Durante la época colonial, el café era una importante fuente de ingresos rurales. Las grandes variedades autóctonas distinguían al café ruandés. En la década de 1960, cuando el país obtuvo su independencia, el café era tan importante que la legislación recién promulgada declaraba ilegal arrancar los árboles.

Pero a principios de los 90 ocurrió una tragedia indescriptible: la guerra civil paralizó la industria. Se perdieron casi un millón de vidas y dos millones de personas huyeron del país. La base colectiva de conocimientos quedó prácticamente borrada, y las explotaciones de café languidecieron.

Lindsey Bolger, miembro de la Junta Directiva de Root Capital, formó parte de un esfuerzo internacional no sólo para devolver la vida a esta industria vital tras la guerra, sino para crear esperanza y un camino hacia la recuperación para el pueblo de Ruanda.

El desafío

A principios de la década de 2000, Lindsey dirigió la cadena de suministro de café en Green Mountain Coffee como Vicepresidenta de Aprovisionamiento y Excelencia del Café, con especial atención al apoyo y desarrollo de fuentes emergentes de café de alta calidad. Trabajó como voluntaria en Ruanda para la Asociación para la Mejora de la Agricultura en Ruanda a través de Vínculos (PEARL). Financiado por USAID, el objetivo de PEARL era ayudar al país a reconstruirse tras el genocidio trabajando con las comunidades rurales para desarrollar productos agrícolas y vínculos de mercado.

Lindsey ayudó a crear un proceso de reclutamiento y un programa de formación para jóvenes en las principales regiones productoras de café de Ruanda. Los participantes en el programa aprendieron las habilidades necesarias para identificar y seleccionar cafés de calidad especialmente alta que pudieran venderse con un sobreprecio, en lugar de mezclarlos con cafés de calidad inferior, «ordinarios». El objetivo era triple: reconstruir la destrozada industria cafetera de Ruanda, generar ingresos en las comunidades rurales elevando la calidad, la demanda y el acceso al mercado del café ruandés, y desarrollar una nueva generación de profesionales del café.

Muchos de los jóvenes que participaron en el programa plurianual habían pasado su juventud en el exilio o desplazados en campos de refugiados, con escaso conocimiento o exposición al creciente fenómeno del «café especial», explica Lindsey. «En aquella época, Ruanda era una nación que bebía té. Tradicionalmente, gran parte del café de Ruanda se compraba en la explotación agrícola a precios muy bajos por intermediarios, y luego se vendía para la exportación. La idea de que, mediante un procesamiento y una selección cuidadosos, el café cultivado en sus propias aldeas pudiera ser codiciado en un mercado global, y vendido a un precio superior, era realmente innovadora.»

A lo largo del proyecto PEARL, Lindsey y otros regresaron a Ruanda con regularidad para seguir estableciendo y mejorando los protocolos y procesos de producción e identificación de café de alta calidad, al tiempo que continuaban formando y desarrollando un equipo local de expertos en calidad del café. «Juntos, hicimos progresos iterativos con cada visita y con cada cosecha. Ver y saborear mejoras en el café fue la prueba de que nuestros esfuerzos colectivos estaban dando sus frutos. Fue tremendamente motivador para todos nosotros».

Lindsey con Laetetia Mukandahiro, una de las primeras graduadas del programa de formación PEARL. Laetitia es ahora un destacado experto en café en Ruanda. Crédito: Lindsey Bolger

Nuestra colaboración

«Hicieron falta unos cinco años, trabajando con un número cada vez mayor de comunidades de agricultores y estaciones locales de lavado y procesamiento de café, para restablecer Ruanda como destino de un café único y de alta calidad», explica Lindsey. «Aquí fue donde entró Root Capital. Estuvieron ahí desde el principio para transformar esos dos contenedores originales de café de prueba de concepto y convertirlos en algo más.»

Lindsey fue el eje que llevó a Root Capital a escena. Tras haber trabajado con Root Capital a través de Green Mountain Coffee Roasters, apreció que «Root Capital siempre iba dos pasos por delante de nuestra creciente demanda de café de alta calidad». Sabía que seríamos buenos socios.

Root Capital concedió su primer préstamo en Ruanda (y en el continente africano) en 2005. Esto dio comienzo a 20 años de compromiso de Root Capital en el país, ofreciendo crédito y desarrollo de capacidades para alimentar las ambiciones de una nueva generación de cultivadores de café.

El impacto

«Ahora la industria cafetera ruandesa está dirigida, alimentada e innovada por ruandeses», afirma Lindsey. «Lo que se incubó al principio con aquella primera generación de aprendices ha encendido la capacidad innata de los jóvenes que ahora dirigen la industria de forma profunda e impactante.»

Mujeres como Laetetia Mukandahiro, Lucile Usile Halamando y Angelique Kerakezi fueron de las primeras en comprometerse con el proyecto PEARL en 2002 y ahora son expertas en café que lideran esta nueva generación.

Angelique, por ejemplo, es la Directora Gerente de la Rwanda Smallholder Specialty Coffee Company (Rwashoscco), una empresa que representa a seis cooperativas cafeteras y comercializa sus cafés especiales en Europa y otros lugares. Cuando Lindsey conoció a Angelique, dijo: «Estaba claro que su capacidad para asimilar conocimientos y comprender la mejor forma de aplicarlos era extraordinaria». Y añade: «Es una estrella mundial del movimiento cafetero ruandés». (Lee más sobre Angelique en una próxima Historia de impacto).

Desde el primer préstamo de Root Capital en Ruanda, hemos proporcionado crédito y/o capacitación a 122 empresas de todo el país.

«Root Capital es tanto un aliado como un financiero y un formador», afirma Lindsey. «Root Capital garantiza que el capital está ahí cuando se necesita, ayuda a los líderes a desarrollar y hacer crecer sus habilidades, y les ayuda a acceder a nuevas tecnologías y prácticas para capear los retos y las tormentas.»

Hoy en día, el café desempeña un papel importante en la economía nacional y local. También ha sido reconocido con premios internacionales.

«En Ruanda existe un verdadero cimiento de capacidad y empuje que está profundamente arraigado en las mentes y el talento de las personas que conocimos hace 20 años, y así lo demuestran», concluye Lindsey.