Los pequeños agricultores de todo el mundo están en primera línea de la crisis climática, con temperaturas en aumento, sequías e inundaciones y fuertes tormentas que amenazan sus medios de subsistencia. A través de nuestra Iniciativa de Resiliencia Climática, Root Capital conecta a las empresas agrícolas con los recursos que necesitan urgentemente, incluidos datos localizados sobre riesgos climáticos, mejores prácticas de mitigación y adaptación y capital para inversiones climáticamente inteligentes. Hace poco nos sentamos con Elizabeth Teague, Directora de la Iniciativa de Resiliencia Climática, para que nos pusiera al día sobre este trabajo fundamental.
1. ¿Qué es la Hoja de Ruta para la Resiliencia Climática y por qué la ha creado Root Capital?
Empezaré por el porqué: Lanzamos nuestra estrategia climática -la Hoja de Ruta para la Resiliencia Climática- porque vimos la amenaza existencial que supone el cambio climático para las comunidades agrícolas de todo el mundo, especialmente para nuestros clientes y sus comunidades en el Sur Global. Sabemos que es imposible cumplir nuestra misión de prosperidad rural sin abordar la crisis climática. Por eso, en 2020, lanzamos la Hoja de Ruta de la Resiliencia Climática, nuestro plan para proporcionar a las empresas agrícolas la información, las capacidades de gestión y el capital necesarios para aumentar su resiliencia al cambio climático. Cuando hablamos de que los pequeños agricultores están en la «primera línea» del cambio climático, no sólo nos referimos a que son desproporcionadamente vulnerables a estos impactos -¡aunque eso es cierto! Los agricultores y las empresas agrícolas también están en condiciones de liderar la acción climática. Pero necesitan los recursos adecuados. Y eso es lo que hemos esbozado en nuestra Hoja de Ruta para la Resiliencia Climática: una vía para proporcionar formación y financiación a las empresas agrícolas con el fin de impulsar y mantener la acción climática a escala.
2. Háblame del papel de los pequeños agricultores y las empresas agrícolas en el avance de la acción climática.
Las comunidades rurales son importantes administradoras de los recursos naturales de todo el planeta, incluidos algunos de los puntos calientes de biodiversidad que quedan en el mundo. A diferencia de la agricultura industrial, la mayoría de los pequeños agricultores utilizan prácticas agrícolas bajas en carbono que no contribuyen a la crisis climática. Muchos, especialmente los cultivadores de café y cacao, en realidad ayudan a combatir el cambio climático mediante prácticas como la agrosilvicultura (cultivo con árboles) que conservan importantes cantidades de carbono en sus tierras. El mayor reto para los agricultores está en la adaptación y la resiliencia: ¿cómo invierten en sus explotaciones para prepararse para el clima futuro? Aquí es donde el modelo de Root Capital de apoyar a las empresas agrícolas locales puede tener el mayor impacto. Estas empresas están arraigadas en las comunidades locales e invierten en las necesidades locales a largo plazo. Proporcionan a los agricultores acceso a formación crítica, insumos y servicios de apoyo que pueden aumentar la resiliencia climática. Individualmente, cada empresa asociada a los agricultores repercute en la vida de cientos, miles o incluso decenas de miles de agricultores. Colectivamente, sirven como plataforma distribuida para la acción climática de base y oportuna. Pero necesitan apoyo.
3. Sólo el 1,7% del capital climático se destina a la agricultura a pequeña escala. ¿Cómo enfoca Root Capital la financiación climática para las empresas agrícolas y qué has aprendido hasta ahora?
Durante décadas, Root Capital ha trabajado para cerrar la brecha de financiación agrícola; ahora estamos haciendo lo mismo con la financiación climática. En última instancia, tratamos de dirigir los recursos a quienes están mejor preparados para conducir al mundo hacia un futuro más verde. Las empresas agrícolas pueden tomar medidas para reducir sus propias emisiones y ayudar a los agricultores a adoptar prácticas climáticamente inteligentes, pero la mayoría necesita formación y financiación para empezar. En los dos últimos años, hemos puesto a prueba nuevos productos de financiación climática centrados en infraestructuras empresariales (por ejemplo, solar) e inversiones en explotaciones agrícolas (por ejemplo, regeneración del suelo). Mediante inversiones relativamente pequeñas, las empresas pueden hacer la transición a la energía renovable y ayudar a los agricultores a mejorar la salud y la resistencia de su suelo.
Hemos desembolsado más de 1,3 millones de dólares en préstamos y subvenciones para el clima desde 2020. Estamos orgullosos de ese logro, pero también reconocemos que es una gota de agua en el mar comparado con las necesidades, incluso sólo dentro de nuestra cartera. Hemos estado reflexionando sobre las lecciones aprendidas y trabajando para afinar nuestras estrategias basándonos en las opiniones de nuestros clientes. Por ejemplo, hemos aprendido que incluso cuando ofrecemos préstamos climáticos a nuestros clientes, muchos son reacios a comprometerse con estas inversiones porque no generan necesariamente ingresos adicionales a corto plazo. Para hacer más atractivas estas inversiones climáticas, tenemos previsto introducir precios preferentes para reducir el coste para nuestros clientes. Básicamente, queremos eliminar las barreras que impiden a las empresas invertir más en acción climática.
4. Dado que el cambio climático afecta de forma desproporcionada a las mujeres, ¿qué está haciendo Root Capital para reforzar la resiliencia climática de las agricultoras?
Por lo general, las mujeres agricultoras parten de una situación desigual, y el cambio climático puede exacerbar estas desigualdades. Las mujeres suelen tener menos acceso a la tierra, a la formación y a los insumos que los hombres, lo que a menudo se traduce en menores rendimientos; también pueden tener menos tiempo para dedicarse a la agricultura debido al cuidado de los hijos y a las expectativas domésticas. A través de nuestros servicios de asesoramiento climático, Root Capital examina la vulnerabilidad desproporcionada de las mujeres al cambio climático (por ejemplo, ¿tienden las mujeres a tener explotaciones agrícolas a menor altitud, más amenazadas por el aumento de las temperaturas?) y evalúa sus necesidades específicas de adaptación y resiliencia. Y a través de nuestro asesoramiento sobre igualdad de género, ayudamos a las empresas agrícolas a identificar oportunidades para elevar el liderazgo y la participación de las mujeres, con el objetivo de que haya más mujeres en la mesa y en los puestos de toma de decisiones. También hemos puesto a prueba iniciativas para abordar simultáneamente la igualdad de género y el cambio climático, y una evaluación mostró mejoras tanto en los conocimientos de las mujeres sobre prácticas climáticamente inteligentes como en su oportunidad de participar en la toma de decisiones a nivel empresarial. Esto demuestra claramente que la inclusión de las mujeres y la resiliencia climática pueden y deben ir de la mano.
5. ¿Qué es lo que más esperas de 2023?
Este año, estoy deseando hacer llegar a las comunidades rurales más financiación de la acción climática para que inviertan en resiliencia climática. También tenemos algunas iniciativas nuevas y emocionantes. Una es que estamos trabajando con varios socios para identificar modelos de pago del carbono, como las compensaciones de carbono, mejor adaptados a las necesidades de los pequeños agricultores. También estamos ampliando el alcance de nuestros servicios de asesoramiento climático, lanzando un servicio de asesoramiento de extensión digital para agricultores de macadamia en Kenia y ofreciendo nuestros primeros servicios de asesoramiento climático en Indonesia, que alberga ecosistemas extremadamente importantes y biodiversos. Queda mucho trabajo por hacer, pero somos optimistas sobre el camino que tenemos por delante y confiamos plenamente en la capacidad de nuestros clientes para aprovechar al máximo este momento.
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