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Caza de zombis en Haití

sábado noviembre 8th, 2014
Caza de zombis en Haití

Jesse Last es Director de Aprovisionamiento de Cacao en Taza Chocolate y antiguo Director de Relaciones con la Cadena de Valor en Root Capital. Este artículo apareció originalmente en el blog de Taza.

El camino de tierra que tenemos ante nosotros desciende desde hermosas y ondulantes colinas hasta la diminuta ciudad costera de Dame-Marie, desapareciendo en la arena blanca y las olas azules del Caribe. A ocho horas en coche de Puerto Príncipe, Dame-Marie se encuentra en el extremo suroeste de Haití. Aquí, el grupo de agricultores Cooperative Agricole Union Developpement («CAUD») recoge los granos de cacao cosechados por los pequeños productores. La temporada está en pleno apogeo, y hay tantas habas secándose al sol que nosotros -Alex Whitmore, Cofundador y Director General de Taza Chocolate, y yo- vamos literalmente de puntillas para no pisarlas. Como explica el vicepresidente de la cooperativa, este año la CAUD ha tenido que rechazar a agricultores debido al increíble volumen que se está entregando, ¡un buen problema, sin duda!

La razón del éxito de la cooperativa es su estrategia de compra. La estructura tradicional del mercado haitiano implica a múltiples intermediarios, o «zombis» como se conoce no tan afectuosamente a estos intermediarios, cada uno de los cuales se lleva una parte del precio final del cacao. La CAUD se niega a trabajar con zombis, y en su lugar compra directamente a los agricultores. Este año, gracias a la liquidez financiera proporcionada por el prestamista agrícola Root Capital, CAUD dispone del efectivo necesario para pagar a los agricultores en cuanto entregan su cosecha. Este nuevo modelo también incentiva la producción de alta calidad, que es fundamental para atraer a compradores especializados como Taza Chocolate.

A lo largo de nuestra visita, tenemos la suerte de estar acompañados por Patrick Dessources, de Root Capital, un haitiano de 1,90 m con una amplia sonrisa y una convicción inspiradora en el potencial de su país, y en particular del sector agrícola, para prosperar. Es nuestro guía y embajador cultural, un actor muy respetado en las comunidades rurales que visitamos. Su presencia nos permite comprender y conectar con el país de una forma que nunca podríamos hacer por nuestra cuenta y, en consecuencia, aprender.

Aprendemos que las estadísticas oficiales rara vez son exactas y que la mejor forma de recabar información es a través de redes de confianza. Nos enteramos de que, cuando estés en la ciudad de Jeremie, debes detenerte a comprar el delicioso pan comparette, y traer de vuelta un montón para tus amigos de Puerto Príncipe. Nos enteramos de que el país cultiva 80 tipos de mango, y aunque los más grandes se exportan, los más pequeños son los más dulces. Aprendemos que, aunque a veces es necesaria (por ejemplo, inmediatamente después del terremoto de 2010), la presencia continua y abrumadora de organizaciones sin ánimo de lucro y de bienes gratuitos ha distorsionado los mercados y socavado las economías locales. Quizá lo más importante es que aprendemos que Haití no es un país al que se deba temer, compadecer o evitar; que, a pesar de la narrativa de «Noticias de última hora» de la CNN, los haitianos no son una masa de víctimas, sino individuos con sus propias historias, medios de vida y capacidad de acción.

Tras pasar la tarde con la dirección del CAUD, el sol empieza a caer sobre nuestro pequeño grupo. Una mezcla variada de miembros de la comunidad, desde adolescentes a ancianas, lleva los granos de cacao, ya secos, al almacén para almacenarlos durante la noche. Alex se levanta de un salto y empieza a ayudar, provocando risitas y miradas de sorpresa de nuestros anfitriones. Mientras nos damos la mano con los miembros de la cooperativa, acordamos estar en contacto. Aunque la visita ha sido prometedora, sigue habiendo dudas sobre las prácticas de fermentación y la calidad final; el abastecimiento rara vez es sencillo. Durante los próximos meses, seguiremos comunicándonos con la CAUD y las demás empresas de cacao que hemos conocido, tanto en Dame-Marie como en el norte del país. ¿Nuestra esperanza? Ese 2015 marca el inicio de una larga y próspera relación entre Taza Chocolate y los pequeños productores de cacao de Haití.