Para las empresas con las que trabajamos en Perú, la deforestación y el cambio climático no son amenazas lejanas, son realidades cotidianas.
Muchos de estos negocios de café se encuentran en el borde de la selva amazónica, contiguo al bosque más grande del mundo. Pero aunque puede parecer que no tiene límites, esta preciosa región está en peligro de desaparecer para siempre.
Desde Colombia y hasta el sur de Brasil, la tala y la agricultura comercial están destruyendo vastas extensiones de la Amazonía para producir madera y alimentos tales como carne y soja. Rainforest Alliance se refiere a la deforestación como un “triple golpe” del calentamiento global: destruye árboles que capturan carbono de la atmósfera, crea mayores emisiones cuando los árboles están talados o quemados, y reemplaza bosques saludables con cultivos o ganados que producen cada vez más cantidades de gases de efecto invernadero.
La Amazonia es fundamental para la absorción de carbono, conservación de la biodiversidad y para mitigar los efectos del cambio climático. Pero poco a poco, el gigante del bosque conocido como “los pulmones de la tierra,” se vuelve cada vez más pequeño.
El borde entre la Amazonia y una area deforestada en Perú. Foto por CIAT.
A menudo, las empresas agrícolas forman parte del problema, pero no tiene por qué ser así. Hemos visto muchas veces a nuestros clientes reconocer su papel crucial de cuidar a la tierra de la que dependen invirtiendo en prácticas agrícolas ecológicas como policultivos, compostaje orgánico y reforestación.
Queremos apoyar a estas empresas en su búsqueda de la prosperidad económica y la sostenibilidad ambiental, pero nosotros solos no podemos llegar a todos con nuestros servicios. En un taller reciente en Lima de miembros del Consejo de finanzas para pequeños productores agrícolas (CSAF), vimos lo que puede suceder cuando trabajamos juntos con otros prestamistas para maximizar nuestro alcance colectivo.
Este Consejo es una colaboración precompetitiva de prestamistas agrícolas destinados a promover estándares de la industria, las prácticas de préstamos responsables e impacto social y ambiental positivos.
Después de anunciar el año pasado un conjunto de principios Sociales, Ambientales y de Gobernanza (ESG) adoptados conjuntamente, CSAF organizó un entrenamiento en Kenia, asegurando que Oficiales de Crédito y profesionales de ESG de cada una de las organizaciones tengan un entendimiento común de cómo poner dichos principios en práctica. Después de eso, nos unimos a miembros de CSAF este mes para ver cómo pueden aplicarse esos principios de ESG al paisaje único que es el café en el Perú.
Profesionales de ESG representando los miembros de CSAF en Lima, Perú.
En el primer día del taller de dos días, se nos unió Rainforest Alliance, quién describió un amplio conjunto de problemas sociales y medioambientales en el sector cafetalero, desde el trabajo infantil hasta el uso indebido de plaguicidas — a lo cual los profesionales de ESG necesitan dar seguimiento.
Mientras que empresas certificadoras internacionales como Rainforest Alliance desempeñan un papel clave en el nombramiento de un conjunto común de normas laborales justas y prácticas de negocio sostenibles, depende de las empresas agrícolas asegurarse de que sus agricultores cumplan esas normas. Monitoreo fuerte de financiadores que ofrecen un “cheque”, asegurar que los negocios cumplan con las certificaciones que les ofrecen precios más altos por su café, y promover la agricultura sostenible entre sus productores.
El segundo día profundizamos en los dos retos ambientales más agudos de los productores de café peruanos: deforestación y cambio climático. En esta sección del taller, Rainforest Alliance fue acompañado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), una institución de investigaciones que trabaja en la interacción entre la agricultura, cambio climático y los medios de vida, y Terra-I, una colaboración entre el CIAT y otras organizaciones que analiza cambios en el uso de la tierra. Estas organizaciones entienden muy bien que los agricultores vulnerables están en las primeras líneas del cambio climático y la deforestación, y se comprometen a capacitar a los profesionales como los miembros de CSAF con la información necesaria para apoyar a los pequeños agricultores y a las empresas rurales.
En el transcurso del segundo día, repasamos el tema de la amenaza de la deforestación en el Perú, examinamos estudios de caso del país entero y discutimos esos problemas en el contexto de los negocios a que apoyamos. Terra-i nos mostró imágenes de satélite de las áreas en que operan nuestros clientes, destacando regiones en donde el nivel de vegetación ha cambiado con el tiempo. Mientras tanto, Rainforest Alliance nos enseñó técnicas sostenibles que están implementando con productores peruvianos, desde el uso de fertilizante orgánico hasta café crecido en sombra y la conservación del agua.
Este tipo de agricultura es crítico para preservar los bosques que demoran la corriente de cambios climáticos; si fuera más implementado, podría empoderar a los pequeños productores a formar parte de la solución.
Idelfo Anderson Mijahuanca nos muestra su café, lo que fue producido sosteniblemente.
Después de este taller, nos sentimos armados con conocimientos muy prácticos. Ya sabemos exactamente cómo puede la producción de café contribuir a la deforestación, y cuáles clientes están en la mejor posición para abordar el problema. Ya estamos pensando en si podemos trabajar con algunos clientes claves para desarrollar o ampliar programas de reforestación en las partes más vulnerables de las tierras de café de Perú.
Sin embargo, el mayor beneficio fue menos tangible: Al reunirnos con los otros miembros de CSAF, notamos que los desafíos que cada uno enfrentaba y las preguntas que cada uno tenía eran muy, muy similares. Todos trabajamos para entidades distintas, pero compartimos una misión común: empoderar a las empresas agrícolas para que creen oportunidades para los pequeños agricultores. A través de colaboraciones como esta capacitación, podemos trabajar desde un lugar de entendimiento común para ayudar a las empresas a enfrentar desafíos como la deforestación y el cambio climático.
Juntos, podemos elaborar soluciones que funcionen para todos, con el objetivo de lograr un mayor impacto colectivo de lo que cada uno de nosotros podría lograr por sí mismo.